Muchos frentes abiertos
24 Septiembre de 2024
Los mercados no dieron tregua durante el mes de agosto. El ya célebre “lunes negro”, con caídas en Japón superiores al 12%, secundadas en la mayoría de bolsas, puso de manifiesto el temor a una recesión en Estados Unidos. La publicación de malos datos de confianza y datos de empleo peores de lo esperado generaron pánico vendedor. Pese a que habitualmente en agosto cae el volumen de negociación, esta falta de liquidez ayuda a que los movimientos se puedan ampliar.
Volvió a la palestra un viejo conocido, la volatilidad. Se alcanzaron niveles que no se veían desde el estallido del Covid en marzo de 2020 tras mucho tiempo en niveles por debajo de la media histórica.
En los momentos de mayor tensión surgieron voces que solicitaban incluso una intervención extraordinaria por parte de la Fed para efectuar bajadas de tipos. Posiblemente una intervención de este tipo habría denotado una situación de la economía de EEUU crítica, ya que no es un tipo de medida que se tome frecuentemente.
Se puso el foco en la reunión de Jackson Hole. En esta ocasión, Powell no decepcionó y afirmó sin grandes juegos dialecticos que “el momento para el ajuste de la política monetaria había llegado”, con lo que se confirmó que en la reunión de septiembre habrá reducción de tipos. La duda ya solo está en si serán 25 ó 50 los puntos básicos de bajada, pese a que no suelen iniciarse los períodos de bajadas de tipos con 50 puntos básicos. Para mayor confirmación, el libro Beige de la Fed apuntaba a desaceleración económica y ya son dos trimestres en los que el tono está siendo negativo.
A nivel de tipos se empiezan a descontar 8 ó incluso 9 bajadas de tipos durante los próximos 12 meses. En este sentido habría que ser cautos y lo más probable es que se mantengan las políticas adaptativas a la evolución del crecimiento, empleo y, ahora parece que en segundo plano, tras años de ser el gran protagonista, la inflación. No conviene olvidar que para 2024 se preveían hasta 7 bajadas de tipos en EEUU y aún ha habido ninguna, dado que hasta mayo las cifras de inflación no terminaban de cumplir las expectativas.
En Europa, el BCE se anticipó y ya inició la senda de bajadas en junio. Un movimiento sorprendente, ya que no es habitual que tome la iniciativa respecto a Estados Unidos.
Para los activos de renta fija, esta situación tiene implicaciones en las rentabilidades esperadas. Los activos del mercado monetario y los cortos plazos deben ir perdiendo atractivo, tras varios años con un comportamiento magnífico, si se mantiene esta hoja de ruta, haciendo más atractivas opciones de mayor duración según se efectúen las bajadas de tipos.
En la renta variable, los índices recuperaron niveles previos al lunes negro durante el mes de agosto. En el caso de Estados Unidos se volvieron a marcar máximos, con una temporada de presentación de resultados donde un alto porcentaje de compañías batieron expectativas de ventas y beneficios. Una duda que flota en el ambiente es si podrán mantener esa buena evolución si se confirma la tendencia de ralentización económica.
Mención especial merece Nvidia, uno de los grandes contribuidores en términos de rentabilidad de los índices americanos desde el año pasado y la abanderada de la aplicación de la inteligencia artificial a la mayoría de sectores. Su presentación de resultados decepcionó al mercado. Cada vez se mira con mayor exigencia su evolución y más complicado es sorprender al alza, algo que podría llegar a tener efectos en el mercado americano teniendo en cuenta la fuerte concentración que se ha generado con un número muy reducido de compañías. A nivel sectorial, se podrían dar rotaciones hacia sectores defensivos.
Volviendo el empleo americano, los niveles de desempleo, con una perspectiva histórica de largo plazo, no son altos (4,2%) pero es cierto que la tendencia es al alza. También se han dado cifras como el JOLTS de apertura de nuevos puestos que retrocedía a niveles de 2021. Incluso en el libro Beige de la Fed se alude a la cautela a la hora de expandir plantillas o hacer nuevas contrataciones.
El panorama presenta varios focos de atención para los próximos meses. Por una parte los bancos centrales, con el 18 de septiembre como fecha estrella por el anuncio de la decisión de tipos de la Fed.
Las elecciones presidenciales de EEUU de noviembre también pueden tener influencia. El cambio de candidato en los demócratas de Biden a Harris ha revivido una carrera electoral que parecía decantada hacia el retorno de Trump.
No debemos olvidar los datos de empleo, inflación o crecimiento, especialmente de EEUU pueden confirmar o hacer variar la hoja de ruta. Por último, pero no menos importante, habría que prestar atención al desarrollo que pueda tener la economía china como uno de los posibles focos de inestabilidad.